La nutrición es mucho más que un listado de alimentos saludables o una moda pasajera. Si lo piensas, la manera en la que comes hoy es el resultado de miles de años de evolución, descubrimientos científicos y cambios culturales. ¿Te has detenido alguna vez a pensar en cómo la humanidad pasó de cazar y recolectar a seguir dietas personalizadas según nuestro ADN? En este recorrido fascinante por la historia de la nutrición, entenderás de dónde viene, cómo se convirtió en ciencia y de qué manera ha ido transformando nuestra vida cotidiana.
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¿Quién fue el creador de la nutrición?
Cuando te preguntas quien es el padre de la nutrición, la respuesta no es tan sencilla como dar un único nombre. La nutrición, como disciplina, ha sido el resultado de siglos de observación, ensayo y error. Sin embargo, los historiadores coinciden en que el médico francés Antoine Lavoisier es considerado el pionero de esta ciencia. En el siglo XVIII, Lavoisier fue quien descubrió la relación entre el metabolismo y la energía de los alimentos, estableciendo que el cuerpo humano funciona como una máquina que transforma nutrientes en combustible.
Pero antes de Lavoisier ya había mentes brillantes pensando en los efectos de la alimentación en la salud. Hipócrates, el célebre médico griego del siglo V a. C., sostenía la famosa frase: “Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina tu alimento“. Aunque no se reconociera entonces como ciencia, esta idea marcó un punto de partida para concebir la nutrición como algo fundamental en la prevención y tratamiento de enfermedades.
¿Cuál es la teoría antigua de la nutrición?
Retrocedemos varios siglos. En la antigüedad, la nutrición estaba ligada a creencias, intuiciones y observaciones empíricas más que a una ciencia exacta. En la Grecia clásica, se pensaba que la salud dependía del equilibrio de los cuatro humores: sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra. Cada alimento se asociaba a una cualidad (frío, caliente, húmedo o seco) y se recomendaba según el estado de la persona.
En la India, el Ayurveda proponía algo similar: una alimentación que buscaba equilibrar las energías vitales o “doshas”. En China, la medicina tradicional hablaba del yin y el yang, conceptos que también se aplicaban a los alimentos para mantener la armonía interna.
Estas teorías antiguas de la nutrición pueden parecer lejanas, pero lo cierto es que fueron la base de la dietética durante siglos. Aunque hoy la ciencia ha demostrado otros mecanismos más precisos, la idea de que la alimentación influye directamente en la salud sigue siendo tan vigente como entonces. Lo que cambió fue la manera de explicarlo y comprobarlo.
¿Dónde comienza la nutrición?
Si nos preguntamos cuándo se origina la nutrición como ciencia, tenemos que trasladarnos al siglo XVIII, con el nacimiento de la química moderna. Fue entonces cuando Lavoisier y otros científicos empezaron a estudiar los procesos metabólicos y a entender cómo el cuerpo utiliza los nutrientes.
No obstante, la nutrición como práctica existía desde mucho antes. En las primeras civilizaciones agrícolas, como la mesopotámica o la egipcia, ya se documentaban observaciones sobre la relación entre ciertos alimentos y la salud. Por ejemplo, los egipcios recomendaban hígado para tratar la ceguera nocturna, sin saber que estaba cargado de vitamina A.
El verdadero punto de inflexión se dio con la revolución industrial. El acceso a nuevos alimentos procesados, el auge de la medicina científica y la necesidad de combatir enfermedades carenciales (como el escorbuto, causado por déficit de vitamina C) impulsaron la investigación en nutrición.
Cómo ha cambiado la alimentación a lo largo de la historia
Si comparas tu dieta con la de alguien que vivió hace mil años, las diferencias son abismales. La historia de la nutrición es también la historia de la humanidad:
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Etapa prehistórica. Nuestros antepasados eran nómadas cazadores-recolectores. Su dieta estaba formada por carnes, raíces, frutos silvestres y semillas. Era una alimentación natural, no procesada y basada en la disponibilidad del entorno.
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Civilizaciones agrícolas. Con el descubrimiento de la agricultura y la ganadería, el ser humano se asentó y empezó a depender de cereales, legumbres y productos lácteos. Este cambio permitió la organización de sociedades más complejas, pero también trajo desequilibrios nutricionales.
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Edad Media. La dieta variaba según la clase social. Los nobles tenían acceso a carnes, especias y vinos, mientras que los campesinos subsistían con panes, sopas y verduras. La nutrición no era aún ciencia, pero sí un reflejo del poder y la economía.
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Edad Moderna y Revolución Industrial. La globalización trajo nuevos alimentos como el maíz, la patata o el tomate a Europa. Con la industrialización aparecieron los primeros alimentos procesados y conservas, que cambiaron radicalmente la manera de comer.
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Siglo XX. Este fue el siglo de la nutrición científica. Se descubrieron las vitaminas, se establecieron las necesidades calóricas y surgieron las primeras guías dietéticas. También nacieron los ultraprocesados y la comida rápida, que marcaron la dieta de las sociedades modernas.
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Siglo XXI. Hoy la nutrición está en un punto de inflexión. Se habla de alimentación consciente, dietas personalizadas según la genética o el microbioma y, al mismo tiempo, se lucha contra problemas globales como la obesidad o la desnutrición. Nunca antes habíamos tenido tanta información ni tantas opciones alimentarias.
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