El estado nutricional es un aspecto de la salud humana que refleja la relación entre la ingesta de nutrientes, las necesidades fisiológicas del organismo y la presencia o ausencia de enfermedades. Mantenerlo en niveles adecuados previene enfermedades, sí, pero también optimiza la forma de funcionar de nuestro cuerpo y garantiza un desarrollo óptimo desde la infancia hasta la edad adulta. Pero, ¿sabes cómo se evalúa? Te contamos esto y más a continuación.
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¿Qué es el estado nutricional?
El estado nutricional se puede definir como el reflejo del equilibrio entre los nutrientes que una persona consume y los que su cuerpo necesita para funcionar bien. No solo es la cantidad de alimentos ingeridos, sino también su calidad, su biodisponibilidad y la capacidad del cuerpo para sacarles el máximo partido.
Un estado nutricional adecuado asegura que el cuerpo reciba la energía necesaria y los nutrientes esenciales como proteínas, vitaminas, minerales y grasas saludables, fundamentales para el crecimiento, la reparación celular y el mantenimiento de funciones vitales.
¿Cómo se clasifica el estado nutricional?
Podemos clasificar el estado nutricional en los siguientes 4 tipos:
- Normal o adecuado. La persona tiene un peso, composición corporal y niveles bioquímicos dentro de los rangos recomendados para su edad, sexo y condición fisiológica. Mantener este equilibrio contribuye a un buen rendimiento físico e intelectual.
- Desnutrición. Se refiere a la deficiencia de nutrientes esenciales, que puede ser proteica, calórica o mixta. Se puede manifestar como pérdida de peso significativa, disminución de masa muscular, debilidad, retraso en el crecimiento o alteraciones en el sistema inmunológico.
- Sobrepeso y obesidad. Se caracteriza por un exceso de energía consumida respecto a la gastada, lo que conlleva una acumulación de grasa corporal. No solo tiene un impacto estético: el sobrepeso y la obesidad aumentan el riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas, cardiovasculares y respiratorias, así como ciertos tipos de cáncer.
- Malnutrición específica o micronutricional. Se produce cuando hay deficiencia o exceso de vitaminas y minerales, aunque el peso corporal pueda parecer normal. Algunos ejemplos son la anemia por déficit de hierro, hipovitaminosis D o exceso de sodio.
¿Cómo se hace la evaluación del estado nutricional?
Este es un proceso que combina varias herramientas y técnicas. En primer lugar, cabe entender cuál es el ABCD de la evaluación del estado nutricional:
- A: Antropometría. Consiste en medir parámetros físicos, gracias a los cuales se calculan índices como el IMC (índice de masa corporal).
- B: Biometría o bioquímica. Incluye el análisis de sangre, orina o heces para determinar niveles de nutrientes y marcadores metabólicos.
- C: Clínica. Implica la revisión de signos y síntomas que pueden indicar problemas de nutrición. Por ejemplo, la piel, el cabello, las uñas o las mucosas.
- D: Dietética. Analiza los hábitos alimentarios de la persona, incluyendo la frecuencia de consumo, calidad y cantidad de los alimentos.
El ABCD proporciona un marco completo para la valoración del estado nutricional. Pero, ¿cómo se hace exactamente? Veámoslo a continuación:
Medición antropométrica
Se toman medidas como peso, talla, circunferencia de cintura y cadera, pliegues cutáneos y porcentaje de masa grasa. Estas métricas se comparan con tablas de referencia según edad, sexo y población, permitiendo identificar desnutrición, sobrepeso u obesidad. La antropometría es particularmente útil por ser sencilla, económica y no invasiva.
Evaluación bioquímica
Incluye análisis de laboratorio de sangre, orina y, en algunos casos, heces para determinar niveles de proteínas, vitaminas, minerales, glucosa y lípidos. Estos indicadores revelan carencias o excesos nutricionales que pueden no reflejarse en cambios de peso o apariencia física.
Examen clínico
Los profesionales de la salud realizan una exploración física para detectar signos de deficiencias o excesos nutricionales, como palidez, caída del cabello, fragilidad de uñas, edemas o alteraciones musculares. También se revisan antecedentes médicos, historial familiar y factores de riesgo que puedan influir en la nutrición.
Análisis dietético
Se evalúan los hábitos alimentarios mediante cuestionarios, diarios de alimentos o entrevistas, identificando patrones de consumo y posibles deficiencias de macro y micronutrientes. Esta información permite ajustar la dieta para cubrir las necesidades específicas de cada persona.
Indicadores funcionales
En algunos casos, se incluyen pruebas de fuerza muscular, capacidad física y rendimiento cognitivo para evaluar cómo el estado nutricional impacta la funcionalidad del individuo. Por ejemplo, la pérdida de masa muscular puede afectar la fuerza y movilidad en adultos mayores.
Uso de herramientas estandarizadas
Para facilitar la valoración del estado nutricional, se emplean escalas y cuestionarios validados. Estas herramientas permiten una evaluación objetiva y comparativa en diferentes contextos clínicos.
Una correcta valoración del estado nutricional es clave para garantizar que cada individuo reciba los nutrientes que necesita y que cualquier riesgo de malnutrición sea identificado a tiempo. Al integrar mediciones antropométricas, análisis bioquímicos, examen clínico y evaluación dietética, los profesionales de la salud pueden ofrecer intervenciones precisas y efectivas que no solo impactan en la prevención de enfermedades, sino también en el rendimiento físico y cognitivo.
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