Cuando una persona no se puede alimentar por vía oral o enteral, la nutrición parenteral se convierte en una herramienta clave para mantener su bienestar. Aunque pueda sonar técnica, entender en qué consiste y qué tipos existen ayuda a obtener una visión mucho más clara sobre cómo se administra, para qué sirve y qué opciones tiene el equipo médico a la hora de diseñar un soporte nutricional adecuados. ¿Nos acompañas para conocer cuántos tipos de nutrición parenteral hay?
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¿Qué es la nutrición parenteral?
La nutrición parenteral es un método de administración de nutrientes directamente en el torrente sanguíneo. Se utiliza cuando el aparato digestivo no puede realizar su función adecuadamente, ya sea por enfermedad, cirugía, infecciones graves, problemas de absorción o cualquier condición que impida que el cuerpo reciba lo que necesita por las vías habituales.
Este tipo de nutrición no solo aporta calorías, sino también proteínas, grasas, vitaminas, minerales y oligoelementos formulados de forma precisa para cubrir las necesidades del paciente. Su objetivo es mantener funciones vitales, evitar la desnutrición y favorecer la recuperación del organismo en contextos críticos.
La nutrición parenteral puede ser una solución temporal o prolongada, dependiendo del estado clínico. Además, requiere un monitoreo estrecho por parte del equipo sanitario para ajustar fórmulas, controlar posibles complicaciones y garantizar que el paciente recibe exactamente lo que necesita en cada fase de su evolución.
¿Cuáles son los tipos de nutrición parenteral?
Existen diferentes tipos de nutrición parenteral según la concentración de nutrientes, la forma de administración y el nivel de soporte que necesita el paciente. Cada modalidad está diseñada para adaptarse a situaciones clínicas específicas, desde un nivel básico de suplementación hasta un aporte completo y sostenido de nutrientes. Veamos más:
Nutrición parenteral periférica (NPP)
La nutrición parenteral periférica se administra a través de una vena periférica, generalmente en el antebrazo. Es una opción utilizada cuando el soporte nutricional es parcial o temporal, ya que la venas periféricas no toleran soluciones muy concentradas. Esto significa que la cantidad de calorías y nutrientes que puede aportar es más limitada.
Suele utilizarse en casos donde se espera una recuperación relativamente rápida del tracto digestivo, o cuando el paciente necesita una suplementación adicional pero aún puede consumir parte de los nutrientes por vías convencionales. Aunque es menos invasiva que otros tipos, también requiere vigilancia para evitar irritaciones o flebitis en el punto de acceso.
Nutrición parenteral total (NPT)
Este es el tipo más completo y avanzado, ya que proporciona el 100% de los nutrientes que el paciente necesita. Se administra a través de un catéter venoso central, habitualmente colocado en la vena subclavia, yugular o femoral. El uso de una vía central permite infundir soluciones más concentradas y con mayor aporte calórico.
La NPT se indica en situaciones donde el aparato digestivo no puede utilizarse durante un periodo prolongado, como en enfermedades graves del intestino, cirugías complejas o trastornos metabólicos severos. Su preparación es altamente personalizada y requiere un control estricto de electrolitos, glucosa, función hepática y estado metabólico general. Aunque conlleva más riesgos que la nutrición periférica, es esencial para mantener la vida en muchos pacientes.
Nutrición parenteral parcial
La nutrición parenteral parcial consiste en suministrar solo una parte de los nutrientes necesarios, complementando la alimentación oral o enteral. Puede administrarse por vía periférica o central, según la concentración de la mezcla. Su objetivo principal es cubrir déficits nutricionales sin reemplazar por completo la alimentación convencional.
Este tipo es habitual en pacientes que pueden ingerir alimentos pero no alcanzan los requerimientos mínimos por sí mismos, ya sea por debilidad, tratamientos médicos agresivos o problemas temporales de absorción. Su uso permite mejorar el estado nutricional sin necesidad de recurrir a una nutrición totalmente dependiente por vía intravenosa.
Nutrición parenteral domiciliaria (NPD)
La nutrición parenteral domiciliaria está diseñada para pacientes que requieren soporte nutricional prolongado pero se encuentran en condiciones estables y seguras para continuar el tratamiento fuera del hospital. Se administra mediante un catéter central y requiere formación tanto del paciente como de sus cuidadores para manejar las soluciones, la higiene y las conexiones.
Es una alternativa que mejora la calidad de vida, evita hospitalizaciones prolongadas y permite que la persona mantenga sus actividades diarias dentro de lo posible. Eso sí, exige un seguimiento continuo por parte de un equipo multidisciplinar para ajustar fórmulas, controlar complicaciones y garantizar un soporte nutricional adecuado.
Nutrición parenteral personalizada
También llamada nutrición parenteral individualizada, consiste en fórmulas diseñadas específicamente según las necesidades metabólicas, clínicas y nutricionales del paciente. Este tipo se utiliza en casos complejos:
- Personas con requerimientos muy particulares.
- Alteraciones metabólicas.
- Enfermedades renales o hepáticas.
- Pacientes críticos cuyo estado cambia rápidamente.
La mezcla se prepara de forma precisa, equilibrando aminoácidos, lípidos, glucosa, vitaminas y minerales para ajustarse al estado clínico y evolución del paciente. Aunque requiere más recursos y planificación, ofrece la máxima adaptación y mejora los resultados en situaciones de alta complejidad.
Nutrición parenteral estándar o tricameral
Este tipo de nutrición utiliza bolsas ya preparadas comercialmente, con compartimentos que se mezclan justo antes de la administración. Su fórmula está equilibrada para cubrir necesidades generales, por lo que se usa con frecuencia en pacientes con requerimientos nutricionales previsibles.
Es una opción práctica, segura y rápida de implementar, ideal en entornos hospitalarios donde se necesita iniciar la nutrición sin retrasos. Aunque no ofrece la personalización total, sí cubre de forma efectiva la mayoría de situaciones clínicas.
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